Este fué un domingo de primavera en pleno abril en la ciudad cordial, la verdad que una tarde como pocas, mucha gente en la calle con sus termos materos paseando. Majo tuvo visitas de unos amigos y Vir vivió su domingo, en la noche solo cruzaron algún tibio saludo en el chat.
En la semana pudieron hablar un poco ante tanto aturdimiento que significan sus particulares peñas, después de cenar estuvieron compartiendo algún vino rosado que Vir había llevado, cuando se estaban sirviendo conversaron.
Majo: como van tus cosas?
Vir: bien, todo bien.
Majo: dale tonta, te pregunto sobre la última charla, lo que dijiste que después me contabas.
Vir: ahí andan…
Majo: mmm bueno- apoyó el vaso y agarró el atado de puchos. No satisfecha con la respuesta se quedó observándola mientras Vir perdía su mirada sin un punto fijo, después de unos minutos respondió.
Majo: mmm bueno- apoyó el vaso y agarró el atado de puchos. No satisfecha con la respuesta se quedó observándola mientras Vir perdía su mirada sin un punto fijo, después de unos minutos respondió.
Vir: No hay que enamorarse del amor.
Majo se quedó pensando, encendió el cigarrillo, bebieron de sus copas, parecían estar solas. Tal vez en realidad sea así.
Y yo mientras escribo, espero ansioso el desenlace.
Y yo mientras escribo, espero ansioso el desenlace.
3 comentarios:
yo también espero ansioso el desenlace, creo que el amor está en todas partes y sí hay que enamorarse del amor porque está en las pequeñas cosas, no sé lo que pensara esta mina pero el amor hace girar el mundo.
yo también espero ansioso el desenlace, creo que el amor está en todas partes y sí hay que enamorarse del amor porque está en las pequeñas cosas, no sé lo que pensara esta mina pero el amor hace girar el mundo.
mmmmmm el desenlace puede venir, lo que dudo es una conclusion de sobre el amor... no sé, para mi es cuetión para el debate.
beso
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