domingo, 20 de diciembre de 2009

Acuarela

Recién se fueron todos, por fin voy a descansar un poco. En la mesa están los rastros de una noche más, cajas de pizzas, restos de comida, fernet, cervezas negras, rojas, aperitivos, botellas de colores, gaseosas, ceniceros llenos y en el aire permanece el humo, ese olor a tabaco con el aroma a marihuana que se mezclan pero no se confunden. Ya no es horario pico de tráfico en el departamento, se acerca el momento de la calma y me encuentra sola. Lo aprovecho, me invade la calma, es buen indicador para comer algo tranquila, paso por la cocina a ver que dejaron.
Me relajo y me tiro en el sofá del living que ahora sí lo tengo para mi sola, estiro el cuerpo con todas mis fuerzas, con los brazos hacia delante, me recorre esa sensación de tensión y dureza hasta la punta de los dedos de los pies para después aflojarme, apoyo mi cabeza en un almohadón levantando la mandíbula doblo el cuello, cierro por un momento los ojos y bajo algunas revoluciones.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Por si acaso, una almendra

Uno puede hacer y pensar lo que quiera, poner todos los regalos que compró dentro de la heladera para no olvidarse de entregarlos ya sean adornos, ropas o llaveros, dormirse en invierno con ventilador al máximo solo para escuchar el ruido y soñar que va a bordo de un Boeing B-17, pedir que le practiquen sexo oral mientras hace la vertical, sostener que solo trabaja el que tiene tiempo y no tiene otra cosa que hacer, no usar ropa interior nunca o usar la misma toda la semana, salir a trotar únicamente los días de lluvia, andar en verano con borceguíes y campera de cuero, tocarse mirando las invitadas al programa Almorzando con Mirta Legrand, comprarse la biografía de Leonardo Di Capprio, irse a la cordillera un par de semanas y quedarse cuatro meses, dormirse en plena masturbación sin acabar o juguetear un rato y terminar siempre limpiándose con una media. Esto es libre albedrío.
Ahora, decretar en un grupo inseparable de amigos, que uno de los integrantes es mufa, no es un tema menor.

martes, 15 de diciembre de 2009

Hotel "LA FAROLA"

Es una noche oscura, se acerca la tormenta, las nubes pasan en velocidad a baja altura, cubrieron el cielo rápidamente para despedir antes el día.
La esquina desolada aunque no totalmente. Un gato huye como un rayo por la calle después de tirar la bolsa de basura que se encuentra en la vereda, frente a la puerta del viejo bar abandonado. El único foco encendido en el cruce de calles se resiste a las piedras que los pibes le arrojan cada día para así obtener su trofeo más preciado, su luz desvanecida se multiplica en los vidrios rotos del bar, que muestran su filo como una daga encendida, el silencio se vuelve parte esencial de la escena, ni siquiera la orquesta de grillos trajo instrumentos a esta velada, el calor del asfalto no deja que el rocío se impregne, evaporándolo prácticamente en el mismo instante que hacen contacto, formando así una manta de aire espeso.

jueves, 10 de diciembre de 2009

La Naranja

A veces me doy cuenta cuando ya es tarde, bueno, generalmente.
Es como si quisiera correr detrás de los hechos y si es un hecho, sucedió.
Yo igualmente sigo anhelando aprender, sé que eso de querer volver el tiempo atrás es inconsciente, sucede que a veces parece que pretendo vivir del fallo, del error, entonces, agacho la cabeza y se me curte la espalda, creyendo simplemente por eso, ser capaz de no herirme después, derivando esto en un frágil consuelo.
Resulta increíble, otra vez, entonces ahí pruebo con salir al atajo, pero me doy cuenta que cuando es tarde no existe la posibilidad de tomar un atajo, ya sucedió, como todo, está, existe.
Seguramente cuando lo vea desde lejos, me otorgaré crédito. Voy a volver a pensar que aprendí.
( Texto de Florencio al profundizar sobre su torpeza, después de un intento frustrado por evitar que una naranja se reventara al cerrarse la puerta del ascensor)

sábado, 5 de diciembre de 2009

Mutantes

El ciclo de evolución del hombre se manifiesta impredecible, lo que no resulta novedoso, porque los seres vamos mutando permanentemente por distintos motivos, crecemos, nos educamos, trabajamos, nos desarrollamos, envejecemos y esas son algunas de las circunstancias que colaboran.
Elegimos qué hacer, pero tambien nos vamos formando y transformando, a veces hasta en los sentimimientos y en la manera de manifestarlos, mañana seremos otros, mutar como todo en nuestro entorno lo hace, las personas, las plantas, los animales, todo, hasta las piedras lo hacen por el solo transcurso del tiempo, sin que ello siginifique en si progresión o crecimiento.
Todo esto permite que podamos sentarnos a idear y trazar a modo de bosquejo el futuro en cada momento, sobre algo tan frágil y desechable como una hoja de papel.
No existe lógica, ni normas, no hay racionalidad en esto, mutar es inconsciente y sin limitaciones.
Sólo y tal vez podrán detectarlo quienes nos conocieron antes, pero ya nos encuentran asi, mutantes, casi igual a como éramos antes. Ni siquiera quien nos ve todos los días puede percibir este proceso diario.
Esto a veces se confunde cuando uno es el que decide, y ahí, justo ahí deja de ser algo involuntario y no es mutar, porque mutar ocurre en sí, en cambio elegir es algo de lo que nos tenemos que hacer cargo, leí alguna vez que hasta cuando no elegimos estamos en realidad eligiendo no elegir, claro, es impulsado por nosotros, pasa a ser una decisión, cada uno de nosotros puede elegir como ser y que hacer o no, por más que se logre o no lo esperado, puede elegir, nada ni nadie se lo impide, mutante, sepa que ahí está eligiendo.
Florencio Rustulleda.

El Destino

Estaban los dos sentados en el pasillo de la clínica, donde se volvieron a encontrar, habiéndose saludado, conversaban.
- No se por qué todavía hay personas que sostienen que El Destino está escrito.
- Creo que es una frase armada, nunca nadie lo podrá verificar realmente. - afirmó.
Florencio no supo que decir en ese momento, hizo un gesto con sus labios, pasó un tiempo, miró lejos más allá de la pared que le tapaba la realidad, en su afán por encontrar explicación a esto que viene hace ya algunos cuantos años rondando en su cabeza, agregó.
- Puedo pensar que el destino es como una novia que te dice todo que si.
Eddi, se inclinó hacia atrás, sobre el respaldo en la silla, frunció las cejas, estiró los pies hacia adelante y despues de rascarse la nuca, dejó que su mirada tambien se perdiera, pero más allá.

(Conclusion volcada por Florencio en una charla con Eddi Logans)