lunes, 8 de marzo de 2010

Justo con tanto calor

El martes pasado Florencio estaba por viajar a San Cristóbal a ver un cliente por un negocio que debió haberse concretado por esos días, esto se vio postergado ante las vacaciones porque hoy por hoy entre otras cosas eso no se negocia.
Llegó a la estación de ómnibus poco más de media hora antes de lo que pensaba que era el horario de salida, nunca recuerda esos horarios dudando si es a las 12.00 o 12.15 hs. decidió salir de su departamento 11.30.
Era un día de calor y humedad, no es noticia para quienes viven en esta ciudad, siendo algo típico, en verano el sol pica bastante, la humedad se siente en el aire, si hay un poco de viento lo único que hace es acentuar la temperatura para recordarte que hace calor en serio y no es joda. Aún siendo 02 de marzo uno cree en teoría que podría empezar a aflojar el verano por su proximidad con el otoño o, porque como dice el canal bizarro de las placas rojas por estos días, “empieza a despedirse el verano” aún 20 días antes.
Como era de esperar caminó despacio, transpiró un poco, no es algo normal en él pero bueno, con paso lento recorrió las 9 cuadras desde el departamento, llegó en 20 minutos, fue directo a la boletería, compró el pasaje que no había aumentado tanto como esperaba, es que era el primer viaje de este año para ir a atender allá y no sabía cuánto habían subido el precio.
Eso si, como también era de esperar el micro no salía ni a las 12,00 hs ni a las 12.15, sino a las 12.30. Habiendo llegado 11.50 tenía 40 plácidos minutos de humedad, calor y dulce espera, ya no era solamente soportar los brazos transpirados con la piel pegajosa, sino que la ropa parecía un film de nylon que se le adhería al cuerpo.
Con el boleto en mano y habiendo confirmado el horario de partida, se fue para el hall central que cumple la función de sala de espera en la estación, con un par de ventiladores industriales, que son esos gigantes como los de las iglesias, verlos parece realmente un alivio, por suerte había lugares vacíos a pesar de la cantidad de gente que hay en un horario como ese. Claro, después de sentarse un par de segundos pudo descubrir el motivo de ausencia de seres vivos en esos lugares, el viento que despedían esos súper ventiladores solo te castigaba y quemaba un poco más al rozarte la piel, era como pasar cerca de un acondicionador de aire pero del lado de afuera.
Eligió un lugar para descansar. En eso miró hacia el primer piso que justo en frente trabaja un amigo, pensó en pasar a saludarlo, solo que al ser una oficina de la administración pública no quería molestarlo, considerando que se encontraba casualmente ahí esperando hasta la partida del micro.
En un momento Lucio salió a fumar un cigarrillo. Florencio levantó los brazos como lo hacen esos hombres que se encargan de las señales en las pistas de los barcos porta aviones, tratando de hacerse ver, después de extraños ademanes logró su cometido, así que practicó unos gestos más para que salga a la vereda donde están las paradas de taxis; Lucio lo saludó desde arriba como demostrándole que lo había visto y bajó.
Se saludaron con un abrazo, después de algún tiempo sin verse se contaron como andaban y encendieron algún cigarrillo. En eso se acerca un tipo a saludarlo, Florencio lo había visto venir subiendo las escaleras que van a la calle, no parecía tener tanto calor, pero después de saludar el comentario era el obligado.
- ¡Calor che!- cambiando a la mano izquierda su portafolios negro, para saludar.
Lucio los presentó, el tipo saludó con apretón de manos y se retiró rápidamente.
Florencio y Lucio se miraron sorprendidos, entonces lo llama- ¿qué haces?
- Nada, no quiero interrumpir- dijo el tipo.
- No seas tonto, vení.
- Estamos hablando sobre las vacaciones- Agregó Florencio, siendo amable-
El tipo entonces se acercó. Florencio Rustulleda, comentó más o menos sobre su viaje a Uruguay, porque lucio todavía no se tomó sus vacaciones. También explicó que volvió antes por un concurso para un trabajo.
Cómo consecuencia de haber manifestado su disconformidad con respecto al sistema y método de los concursos, comenzaron los comentarios.
- Esos concursos están siendo desprestigiados y hoy ya es una afirmación instalada en la conciencia pública.
- El mundo gira sobre su propio eje y la vida también- dice Lucio.
- Todo tiene una vueltita, en algún momento- Comenta el personaje que recién se había sumado a la conversación.
Florencio lo miró a los ojos y frunció sus cejas, entonces preguntó.
- ¿Te parece?
- Si, la vida da vueltas, hoy estás de un lado mañana estás del otro- afirmó el tipo con seguridad.
Florencio reaccionó, siempre tratando de conservar la calma frente a estos temas que lo aceleran.
- No creo que sea así, disculpame por disentir pero me parece una idea conformista.
Lucio se mantuvo callado. El tipo se quedó sorprendido porque no esperaba una respuesta, frente a lo que era un comentario, menos en ese tono. Florencio sin dejar que el silencio ocupe más espacio continuó.
- Tengo mis dudas. Las oportunidades están siempre, solo hay que aprovecharlas, puede ser que eso brinda una idea de que todo gira, pero nada tiene que ver una cosa con la otra, tu idea sería algo así como un pensamiento de justicia, ¿no?
- Si claro, de lo contrario no es justo.
- Realmente prefiero no conformarme con eso, quiero pensar que lo justo no es lo que me conviene a mí como individuo en un momento determinado. En este caso el sistema hoy se mueve así, nos encuentra de este lado dependiendo de decisiones de otros, mañana tal vez como vos decís nos encuentre del otro lado, pero no por eso va a ser justo. Si trasladamos ese concepto de justicia a otro ámbito, es una idea de compensación y así sería algo muy simple, pero nada te devuelve lo que no tenés hoy, por la sencilla razón que no va a tener el mismo valor ni el mismo sentido.
Entonces sí, el silencio ocupó su espacio. Florencio miró su celular para ver la hora, faltaban cinco minutos, esperó un momento, pidió permiso para retirarse, saludó y se fué, no se dio vuelta al irse.
Lucio había terminado su cigarrillo, debía volver al trabajo, saludó también.
El tipo se retiró por donde vino, antes de partir sacó un pañuelo y se secó la transpiración.

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy buen texto